e martë, 26 qershor 2007

Régis Debray, El estado seductor. Las revoluciones mediológicas del poder.

El hombre actual pasa la mayor parte de su tiempo libre consumiendo lo audiovisual; por lo tanto, para conseguir audiencia, el Estado, los gobiernos y los partidos deben competir con las mismas armas que las utilizadas por los medios. De ahí que cobren creciente importancia las encuestas: son mediciones de rating para adecuar la programación del gobierno según el estado de opinión y de humor de la gente. Por ese motivo no hay programas de gobierno fijos, sino captura del poder y lucha para conservarlo, modificando día a día lo que sea necesario.Debray analiza los cambios que produce en la política, el Estado, el gobierno y la sociedad misma la preponderancia de la imagen; estudia cómo la existencia de los medios audiovisuales junto con la importancia creciente de lo gráfico en los medios escritos, altera la forma de hacer política, a partir de las leyes propias de lo visual. Esto lleva, por ejemplo, a dar prioridad a ciertos temas (lo humanitario, lo ecológico y lo cultural), que son tratados, por ambos socios del Tele-Estado, de prisa y sobre la marcha, sin realizar análisis serios de los mismos. A la vez, las nuevas tecnologías permiten el registro y el archivo instantáneo de los acontecimientos; de cada suceso se crea su doble, su copia. Surge así una segunda realidad, que termina sustituyendo a la primera. Hoy, ser o no ser significa: estar o no estar en la pantalla. Esa es la cuestión.
Frases:
“Hoy es un hecho que la comunicación del Estado se convierte en lo esencial de su acción. El Estado cuanto menos autoridad tiene, más cuida su publicidad. El Estado que funciona bien es un cero audiovisual.” Régis Debray. El estado seductor. Las revoluciones mediológicas del poder.

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